..”La música y el
sonido, en cuanto energía, estimulan el movimiento interno y externo en el
hombre; lo impulsan a la acción y promueven en él una multiplicidad de
conductas de diferentes calidades y grados”. Quise empezar citando a
Violeta porque esta frase actúa como punto de partida de esta reflexión que
comenzó hace dos semanas, cuando participé del concierto de fin de año que los alumnos de la querida maestra brindaron en
el auditorio de la Biblioteca Nacional. .
No es una palabra
equivocada, no es un comentario “tirado al azar” el decir que participé cuando
en ningún momento estuve en el escenario y simplemente fui una asistente más.
Participar alude a formar parte de algo,y Violeta nos invita, como siempre
pensar, a abandonar el lugar del oyente pasivo que se queda un par de
horas sentado en su butaca, dicho de otra manera nos invita a compartir esto
que la apasiona que es la pedagogía musical, por eso sus conciertos no respetan
la dinámica tradicional de una sucesión de niños, adolescentes y adultos que
interpretan sus obras preparadas ad hoc y luego de los aplausos se retiran, en
estas muestras pasan otras cosas…
Los alumnos suben al escenario agrupados por edades, Violeta
está allí con ellos y después de que cada uno toca
las obras preparadas, la maestra les pide cosas que no han sido pactadas
previamente: improvisar sobre determinada base armónica, actividades de
reconocimiento melódico, improvisar sobre un esquema que toca un compañero (por
citar algunos ejemplos); en esos momentos Violeta nos sacude abriendo
generosamente las puertas de su pedagogía, podemos ver cómo va trabajando para
que el alumno desarrolle la “Audición Inteligente”, integrando, siempre
integrando musicalidad, motricidad y conciencia.
Esa visión integradora, esa conciencia se evidencia en las interpretaciones de los jóvenes pianistas a través del fraseo, de las decisiones tomadas sobre cómo resolver tal o cual fragmento, hay una clara idea sobre a donde se dirige la tensión de cada frase, de eso se trata también el abordaje inteligente.
Otra observación, me gustó ver cómo se sentaba frente al piano cada pianista, porque cada postura hablaba de una personalidad distinta, incluso la forma de apoyar las manos sobre el teclado era diversa, sin embargo el resultado no fue mejor o peor según el caso, y esto no es casual, en su libro “Música, amor y conflicto” Violeta dice “..desde hace tiempo vengo observando con interés la riqueza de la relación particular que cada uno de mis alumnos mantiene con la música..” es evidente que Violeta va construyendo su trabajo pedagógico desde dicha observación, atendiendo a las particularidades de cada uno.
Una mención sobre el repertorio: Mozart, Piazzolla, Bach, Beethoven, Lenon y Mc Cartney además de composiciones de los propios pianistas desafían ridículas antinomias entre música académica y música popular.
Esa visión integradora, esa conciencia se evidencia en las interpretaciones de los jóvenes pianistas a través del fraseo, de las decisiones tomadas sobre cómo resolver tal o cual fragmento, hay una clara idea sobre a donde se dirige la tensión de cada frase, de eso se trata también el abordaje inteligente.
Otra observación, me gustó ver cómo se sentaba frente al piano cada pianista, porque cada postura hablaba de una personalidad distinta, incluso la forma de apoyar las manos sobre el teclado era diversa, sin embargo el resultado no fue mejor o peor según el caso, y esto no es casual, en su libro “Música, amor y conflicto” Violeta dice “..desde hace tiempo vengo observando con interés la riqueza de la relación particular que cada uno de mis alumnos mantiene con la música..” es evidente que Violeta va construyendo su trabajo pedagógico desde dicha observación, atendiendo a las particularidades de cada uno.
Una mención sobre el repertorio: Mozart, Piazzolla, Bach, Beethoven, Lenon y Mc Cartney además de composiciones de los propios pianistas desafían ridículas antinomias entre música académica y música popular.
No son alumnos seleccionados por su talento especial,
tampoco es magia, es simplemente
pedagogía cimentada en la integración, el abordaje inteligente y la relación dialógica entre la maestra y
sus alumnos. Quiero felicitar por el trabajo realizado a cada uno de los
jóvenes participantes y como siempre
toda mi admiración para la querida maestra Violeta Hemsy de Gainza.
Gracias Analía por esta crónica. Me hubiera encantado estar ahí, tal vez algún día pueda, si regreso al pago…
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