Las clases de la querida maestra Violeta


"La enseñanza debe empezar por una acción sobre la realidad" expresa la querida maestra Violeta Hemsy de Gainza poco después de observar  el vídeo de un niño de seis meses que disfrutaba produciendo  sonidos cuando su mamá acercó la sillita de comer  al teclado del piano. A continuación vemos otros vídeos del bebé uno y dos meses más tarde y la maestra nos contagia ese entusiasmo que siente al observar todo el disfrute de ese niño, y entonces nos habla de la importancia de saber mirar...

Así arrancaba la primera de las cuatro clases que la querida Violeta dio en el marco de la Primera Reunión de la Cátedra de Pensamiento Pedagógico Musical Latinoamericano que se desarrollo entre los días 21 y 26 de Julio últimos en la ciudad de Buenos Aires.

Asistir a una clase con Violeta es sinónimo de "ponerse en movimiento", es imposible mantenerse en una actitud simplemente observante porque la maestra nos interpela constantemente como músicos y como docentes, por eso aunque no bailemos, aunque permanezcamos  quietos hay algo que sale de su letargo y es ni más ni menos que nuestro oído, o mejor dicho, nuestra audición en relación con la conciencia de lo que hacemos y eso nos ayuda a encontrarnos con las particularidades de lo que Violeta llama nuestro Mundo Sonoro Interno. Durante estas cuatro clases  la maestra volvió muchas veces sobre este concepto sobre el que comenzó a escribir cuando cursaba en la Escuela de Psicología Social de P. Riviére (Sobre este tema sugiero leer el capítulo V del libro de Violeta "El rescate de la Pedagogía Musical").

La maestra nos invita a participar, a veces individualmente, otras en pareja o en pequeños grupos y nos pide que cantemos algo, o que toquemos el piano, o que reproduzcamos una melodía que tocó un compañero y en cada oportunidad realiza una lectura del mundo sonoro de cada participante, poco después nos hace notar que a través del canto desinternalizamos nuestro mundo sonoro interno, en cambio mediante los instrumentos exploramos el mundo sonoro externo,  hace mención a la diferencia entre un mundo sonoro estable o inestable, también nos propone  esquemas para  entrenamiento auditivo que me atrevo a suponer que dan cuenta de lo que más adelante nos plantea "no enseño oído absoluto, enseño la relatividad para demostrar que no hay nada absoluto" refiriéndose al contexto en el que se está oyendo.

Fueron cuatro clases riquísimas, como más le gusta a quien escribe con la sensación de quedarse con preguntas que abren muchas puertas para seguir transitando este mundo amado de la educación musical ¿cómo saber si el estudiante esta desinternalizando su Mundo Sonoro Interno u operando sobre el Mundo Sonoro Externo o simplemente copiando? ¿Cómo intervengo Pedagógicamente? ¿Qué es lo que no sé  mirar todavía?

Al final de la cuarta jornada Violeta nos invitó a reflexionar sobre la conformación de nuestro Modelo Pedagógico Interno, creo que el mío por ahora se constituye con muchas preguntas...

Como siempre, gracias querida Maestra!





















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